domingo, 7 de julho de 2013

ESpaña:El PP apuesta por desmantelar y privatizar la Universidad Pública





La apuesta por la privatización de lo público por parte del PP no tiene límites. No sólo están recortando la financiación de las Universidades públicas estrangulando su funcionamiento y abocando a muchos campus a su práctica desaparición. Sino que están suprimiendo titulaciones y carreras universitarias de las Universidades públicas, mientras que autoriza «de forma inmediata» la quinta universidad privada de Castilla y León, con una oferta de titulaciones que se solapa con las que se ofertan por las universidades públicas de esta Comunidad Autónoma.El Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León ha tomado una decisión eminentemente política, de acuerdo con su ideología ultraneoliberal y privatizadora de “más mercado, menos estado”, autorizando la puesta en marcha de la autodenominada “Universidad Internacional Isabel I de Castilla” (el último nombre que le han puesto), universidad privada on line con sede en Burgos, en contra incluso del parecer del resto de instituciones académicas universitarias de la Comunidad.
Desde 2011 el Gobierno central del PP, guiado por la misma ideología neoliberal de privatizar todo lo común y público, ha pasado a los gobiernos autonómicos la exigencia de una reforma del “Mapa de Titulaciones universitarias”. La Junta de Castilla y León decidió iniciar este mapa suprimiendo 12 titulaciones de las Universidades Públicas de Castilla y León y fusionando otras muchas. Cerca de 50 carreras universitarias se ven afectadas en nuestra Comunidad por este nuevo recorte de la Junta de Castilla y León a lo público. Por supuesto, la Junta lo vende no como recorte, sino como “ordenación” o “racionalización” utilizando su neolenguaje tan de moda actualmente.
Sin embargo, la propia Comisión Académica del Consejo de todas las Universidades de Castilla y León, durante la reunión del día 1 de julio del 2013 se posicionó en contra de la creación de esta universidad privada, por contravenir los criterios para la creación de centros y enseñanzas universitarias establecidos en el artículo 10 de la Ley de Universidades de Castilla y León donde se exige «una adecuada distribución geográfica» que ya existe, así como de responder a la «aparición de nuevas necesidades educativas», hecho que no se da, puesto que están cubiertas con las instituciones existentes, dado que el centro privado ofrece titulaciones que ya se ofertan en todas las universidades de Castilla y León.
Incluso se han opuesto los propios rectores de las universidades privadas que ya existen en Castilla y León, recordando el informe desfavorable elaborado a finales de 2010 por la comisión académica. En este documento las universidades alegaban, además de que la oferta de estudios ya está cubierta, que la empresa promotora –Campus Educativo de Castilla y León–, adolece de experiencia académica sólida y que la modalidad on linetampoco representaba una novedad, dado que la mayoría de las universidades contaban con enseñanzas en la Red. El informe de la comisión académica también cuestionaba la primera denominación, Universidad Internacional de Castilla y León, por cuanto representaba una «competencia desleal» y podía generar confusión en perjuicio del sistema universitario de la Comunidad. La denominación original cambió a la de ‘Universidad Privada Internacional de Burgos’. Finalmente ha adoptado otra denominación igual de controvertida.
Pero el PP de Castilla y León, contra viento y marea, ha decidido potenciar este proceso de privatización de la universidad, convirtiendo en negocio las instituciones académicas y de investigación al servicio de empresas comerciales con demasiados vínculos con algunas administraciones. Es absurdo que la Junta apruebe la creación de una universidad privada que va a impartir grados y titulaciones que coinciden en su práctica totalidad con titulaciones que actualmente se están impartiendo en universidades públicas de Castilla y León, la mayoría en Salamanca. Además titulaciones que cuentan con saturación de oferta en Castilla y León como Derecho, Administración y Dirección de Empresas, Ingeniería Informática, Arquitectura, CAFYD, Nutrición Humana y Dietética, Psicología, Educación Primaria, Educación Infantil, Historia o Geografía.
Estas decisiones unilaterales y autoritarias de la Junta de Castilla y León, recortando lo público y promocionando el negocio privado, no están basadas en ningún estudio ni investigación contrastada. Son las ocurrencias y exigencias de recortes que se imponen a la comunidad universitaria. Y lo imponen a sangre y fuego: «Si hay acuerdo maravilloso», pero que «si no lo hay» la Consejería de Educación de la JCyL decidirá qué titulaciones se eliminan de las universidades públicas y qué nuevas universidades privadas se crean, porque están «convencidos» de que es lo que tienen que hacer estos nuevos líderes de la empresa universitaria, olvidando el logro democrático y de acceso que supuso la extensión regional de la universidad.
Mientras, los estudiantes de nuestra comunidad se están marchando a Oviedo, a Galicia o a Francia que tienen universidades con tasas mucho más baratas. A la vez que otros muchos alumnos y alumnas se dan de baja en la matrícula de este curso por la brutal subida de tasas que ha establecido la Junta de Castilla y León. En esto sí que somos campeones. Hemos conseguido la medalla de bronce, porque somos la tercera Comunidad que más ha subido las tasas en las universidades públicas, encareciéndolas un 42%. No es de extrañar que el volumen de estudiantes matriculados se haya reducido un 14,6% en el comienzo de este curso. Pero con el recorte añadido de 50 millones de euros a las becas, que ha decretado el PP para este año, cientos de alumnos y alumnas están anulando sus matrículas estos días, cuando les viene denegada la beca que solicitaron. Es la tormenta perfecta. Nos quedamos sin alumnado por la subida de tasas, por el recorte de becas y obligando a estudiantes a que emigren; esto provoca que las Universidades Públicas se encuentren con titulaciones que se están quedando sin matrículas de alumnado; lo cual se aprovecha para recortar titulaciones porque se dice que no hay alumnado, mientras que se autorizan universidades privadas que ofrecen las mismas titulaciones que las públicas en competencia directas con ellas. Un admirable círculo vicioso que se convierte en la coartada perfecta para su recorte y eliminación.
Porque lo más sorprendente es que mientras se recortan las universidades públicas, crecen simultáneamente las universidades privadas (ya superan actualmente al número de públicas), y siguen presionando para “implantar nuevas titulaciones”. Son éstas, las privadas, las que han repetido y duplicado las titulaciones que había en la pública y quienes se van a ver beneficiadas de este nuevo recorte en lo público. Una nueva privatización del sector público diseñada desde los organismos públicos de nuestra Comunidad, a quienes hemos encargado que garanticen y gestionen los servicios públicos al servicio de toda la ciudadanía y no que se conviertan en los promotores y gestores del negocio privado de algunas empresas que quieren diversificar sus fuentes de beneficios adentrándose en el nuevo negocio del capitalismo académico.
Enrique Javier Díez Gutiérrez. Profesor de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de León y Coordinador del Área Federal de Educación de IU
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Evo, Snowden y la hipocresía liberal




blogs.publico.es


Este año la embajada de Estados Unidos en La Paz canceló los festejos del 4 de julio, fecha nacional, y hasta 2005 una vidriera para que la élite política y económica boliviana revalidara sus credenciales de respetabilidad: ser invitado al enorme búnker ubicado sobre la Avenida Arce era una especie de aval moral. De hecho había llegado un punto en el que los partidos bajaban de sus listas a quienes perdían la visa a EEUU con el criterio de que “algo habrían hecho”. A veces caían en el ridículo, como cuando una embajadora pidió a sus invitados (Evo Morales nunca estaba en la lista) que fueran vestidos de cowboys. Y así lo hicieron. Evo no tenía visa y transformó ese hecho en capital político.Pero ahora los festejos fueron suspendidos “hasta nuevo aviso”, después de que Francia, Portugal e Italia (¿y España?) cerraran sin previo aviso sus cielos al avión del presidente boliviano, bajo sospecha de que llevaba a Snowden a La Paz escondido en el maletero y generando una ola de repudio internacional y una reunión de urgencia de varios países de la Unasur. En todo el mundo sorprendió semejante acto, algo así como decir amén antes de que los norteamericanos terminaran de rezar, parafraseando al ex líder socialdemócrata alemán Willy Brandt. Hoy se extrañan figuras como esas, o como Charles De Gaulle, ante el automático sometimiento de un gobierno “socialista” como el francés a la voluntad de Washington, justamente cuando Europa se queja por el espionaje de EEUU… denunciado por el propio Snowden. Incluso la Internacional Socialista latinoamericana caracterizó como “incivilizado” el bloqueo aéreo al mandatario boliviano. Como ha señalado Jean-Jacques Kourliandsky, del Instituto De Relaciones Internacionales y Estratégicas de París, “Bolivia no es solo Bolivia”, hoy existe una sólida red latinoamericana que reacciona ante este tipo de agravios.
El gobierno boliviano denunció que Morales había sido “secuestrado”, varios sectores sociales -especialmente campesinos- se movilizaron de inmediato en repudio a la actitud europea y los potenciados medios estatales pusieron en marcha una inédita cobertura sobre el “agravio del imperio”.
Morales ha hecho toda su carrera política transformando humillaciones en fortalezas y esta vez no es diferente. Sus gestos antiimperialistas fueron desde sus comienzos como dirigente cocalero una marca de fábrica de su liderazgo y tomaron caminos concretos durante su gestión presidencial: en 2008 expulsó al embajador Philip Goldberg y más recientemente a la agencia USAID. Si en 2002 las declaraciones hostiles del entonces embajador Manuel Rocha lo dejaron al borde del triunfo presidencial, este nuevo “ataque del imperio” a través de sus vasallos europeos (como los ha llamado el periodista Rafael Poch) le ha venido a Evo como regalo del cielo. Quizás nunca como ahora, a excepción del día que llegó al Palacio Quemado, concitó semejante simpatía mundial, lo que a nivel interno se traduce en una cohesión nacional del país en torno a su liderazgo.
Pero estos incidentes ponen sobre la mesa una cuestión adicional: en estos tiempos suele repetirse que Washington ha perdido poder e influencia. Sin embargo, Edward Snowen sigue en un la tierra de nadie del aeropuerto de Moscú sin que ningún país quiera -hasta ahora- asilarlo. Seguramente haya negociaciones bajo la mesa (Bolivia y Venezuela han dicho que evaluarían un pedido de asilo, ¿ese pedido llegó). Rafael Correa, después de un impulso inicial, parece más distante; con Julian Assange parece tener bastante.
En efecto, recibir a Snowden tiene costos elevados. Atraerá sobre quien lo haga toda la ira imperial.
Simpatizante de los “libertarians”, el ex técnico de la inteligencia estadounidense buscó a Hong Kong como su destino, pero la persistente lógica de la guerra fría lo obligó, muy pronto, a tomar un vuelo de Aeroflot rumbo a Moscú. Claro que los rusos ya no son los de antes, y Putin dijo que se si quedaba ahí no podría perjudicar a “nuestros socios” estadounidenses con sus incómodas denuncias y debía optar por el silencio. ¿Pero para eso el joven de 30 años dejó las apacibles playas de Hawai y un salario de 20.000 dolares mensuales, familia y novia?
Mario Vargas Llosa se queja de que Wikileaks y Snowden se hicieron amigos de gobiernos antidemocráticos, el Washington Post se pregunta por qué un activista liberal libertario (Paul Ron es uno de quienes lo defienden públicamente en EEUU) se hizo amigo de “estados autoritarios”. Como el mismo diario responde, la “solución geopolítica” es una alternativa ante un proceso legal prolongado que puede llevarlo a prisión. No creo que se pueda juzgar a nadie por no querer terminar como el soldado Mannig. Snowden ya cumplió con su cuota de heroicidad, ahora toca al mundo democrático, progresista y antiimperialista ayudarlo.
No hay que ser muy perspicaz para saber que los norteamericanos no son los únicos que espían, que algunos critican el espionaje “gringo” por motivos geopolíticos y no democráticos, y que para Snowden es muy incómodo aparecer como aliado de Rusia, China, Venezuela o Cuba. Muchas de las banderas democráticas de wikileaks chocan también con muchos estados antiimperialistas. Pero la respuesta a Vargas Llosa es clara: Snowden busca ayuda entre los Estados “autoritarios” porque los “liberales” no le dan asilo y actúan con enormes niveles de hipocresía e indignidad.
En estos próximos días veremos si alguno de los países con gobiernos de izquierda le da finalmente refugio. El antiimperialismo tiene altos costos (muchos más que las peticiones de los intelectuales radicales). La solución al affaire Snowden va a despejar varias dudas sobre la verdadera influencia de Estados Unidos en el mundo actual y la viabilidad de los desafíos a Washington.
Pablo Stefanoni
Jefe de redacción de ‘Nueva Sociedad’ y ex director de ‘Le Monde Diplomatique/Bolivia’

http://blogs.publico.es/dominiopublico/7153/evo-snowden-y-la-hipocresia-liberal/

Tres relatos sobre la precarización del trabajo en el capitalismo de la información

de rebelion.org

Reflexión Tecnológica


¿Cuál es el papel del trabajo en la economía de la información? O más importante aún ¿cuál es el lugar de los trabajadores en un sistema económico y político que apoya abiertamente la precarización laboral? Si por una parte parecemos abiertos a admitir que nos hallamos en un nuevomomento del desarrollo capitalista (creencia basada en una confluencia entre la ética de la sociedad de consumo y el tecno-optimismo), también es cierto que los países del centro capitalista están enfrentando una de las crisis sociales más crudas de las últimas décadas. En la brecha entre los elogios al capitalismo de la información y la realidad cotidiana de ciudadanos de todas las categorías, coexisten voces heterogéneas que pueden ser útiles para discernir la dirección y el sentido de las circunstancias que experimentan los mercados y, especialmente, el trabajo y los trabajadores.
En este ensayo intentamos poner en evidencia tres “relatos” sobre el trabajo en tiempos de la economía de la información. No buscamos con ello establecer un sistema teórico, sino sobre todo identificar algunos contextos de interpretación enmarcados en ciertas estrategias discursivas que contribuyen con la comprensión del papel que se le atribuye al trabajo en esta época. Se trata sólo de tres tipos de narrativas, cuyos exponentes escogimos casi arbitrariamente porque nos parecieron convenientes para mostrar cómo responden – o contradicen – la conceptualización del papel del trabajo en la sociedad postindustrial. A partir de ello consideramos tres discursos: el teórico positivista, el ético-estético y el discurso de la protesta laboral.
La precarización del trabajo en los “tiempos modernos”
Una narrativa sobre los cambios que afectan el trabajo la encontramos en los teóricos de la sociedad de la información y de la sociedad postindustrial. La flexibilización del trabajo es, a decir de los teóricos, una característica de la economía capitalista de la información. De acuerdo con Manuel Castells en La galaxia internet (2001), las condiciones actuales del trabajo están condicionadas por las estructuras organizacionales de las empresas y por el desarrollo de medios de comunicación digital, aspectos que favorecen otras formas de control del trabajo:
Una de las transformaciones más importantes que se están produciendo en las relaciones de trabajo es común tanto al trabajo autoprogramable como al genérico: me refiero a la flexibilidad. La estructura reticular de la empresa, el rápido ritmo de la economía global y la capacidad tecnológica que permite el trabajo on-line, tanto para individuos como para empresas, contribuyen al surgimiento de un esquema flexible de empleo (pp. 113-114).
De ahí que el horizonte profesional del trabajador se transforme también en concordancia con el cambio organizacional que genera la nueva economía, de forma tal que se configuran otros modos de comprender el desenvolvimiento del trabajador en el contexto del mercado laboral y de la producción de bienes y servicios:
La idea de seguir una carrera profesional previsible, trabajando a tiempo completo en una empresa o en el sector público, durante un largo período de tiempo y bajo unas condiciones contractuales de derechos y obligaciones comunes a casi todos los trabajadores, está desapareciendo de la práctica empresarial, a pesar de su persistencia en algunos mercados de trabajo muy reglamentados, así como en el menguante sector público (p. 114).
La propia idea del trabajo como proyecto de vida se transforma, y la idea de trabajo “estable” queda relegada a los mercados de empleo protegidos y al sector público. Se trata del tránsito de una forma de empleo a otra, lo cual supone otras normas para las relaciones entre los trabajadores y las empresas. Los nuevos modos de empleo se encuentran emparentados con un conjunto de cambios sociales, especialmente de carácter político y económico. En este contexto, la flexibilidad laboral que caracteriza al trabajo contemporáneo se concibe como parte de otra forma de organización social:
La flexibilidad laboral, los modelos de empleo variables, la diversidad en las condiciones de trabajo y la individualización de las relaciones laborales son características sistémicas del e-business. Desde este núcleo de la nueva economía, las prácticas laborales flexibles tienden a difundirse por todo el mercado laboral en su conjunto, contribuyendo a una nueva forma de estructura social que he caracterizado con el concepto de “sociedad red” (p. 115).
En suma, la transformación que ha sufrido el trabajo representa sólo una parte de los cambios presentes en un conjunto de transformaciones que se han evidenciado en las sociedades de capitalismo avanzado. Dichas transformaciones se manifiestan en los cambios organizacionales y tecnológicos que caracterizan a sociedades cuyas formas convencionales de asociación están siendo reemplazadas por la dinámica de las “redes”, es decir, sociedades que están abandonando las formas de organización que cobijaron a la fuerza del trabajo durante buena parte del siglo XX.
Estos aspectos forman parte de un proceso general de racionalización de la economía industrial que apunta incluso a “revolucionar” sus propia constitución. De acuerdo con Ulrich Beck en La sociedad del riesgo (1986), el sistema de trabajo que surgió en el siglo XX se caracterizó por la estandarización de aspectos como el contrato de trabajo, el tiempo y el lugar de ocupación. Dicha estandarización se debilita a la vez que se desarrolla un triple proceso de flexibilización del derecho laboral, del horario y de la localización del trabajo. Mientras en el primer caso la diferencia entre empleo y desempleo es clara, en el segundo la frontera entre ambos se vuelve difusa y se hacen comunes formas de subempleo. En sus palabras:
La relación cooperativa del trabajo puede conseguirse ya actualmente, por lo menos en ámbitos parciales, electrónicamente (administración, oficinas técnicas de dirección de empresas, servicios); de ese modo se descentraliza y puede decirse que se organiza “en localización difusa”, “con independencia local”. Esa desconcentración espacial del empleo puede tener lugar de muchas formas: desde la dispersión de la presencia personal mediante nuevas redes distribuidas en secciones y equipos, hasta el traslado de funciones parciales al trabajo a domicilio, total o parcialmente electrónico. Pero las consecuencias son siempre idénticas. La relación entre procesos de producción y trabajo social se deslocaliza; la evidencia de que la cooperación directa significa “trabajar conjuntamente en un lugar” queda alterada. Y así el sistema ocupacional varía su aspecto de manera esencial. En lugar de la configuración ocupacional del trabajo, desarrollado en grandes edificios y fábricas, aparece una organización de la ocupación invisible (pp. 178- 179).
Como también afirma Castells, para Beck la presencia de medios de comunicación electrónicos se correlaciona con el surgimiento de prácticas organizacionales donde es común la ausencia de limitaciones espaciales y temporales, lo cual contrae una nueva definición de las relaciones de trabajo y, por tanto, otras formas de regularización de las mismas. Paralelamente, esta forma de organizar el trabajo tiene consecuencias directas para las condiciones de seguridad del trabajador y, como contraparte, contrae una nueva distribución de costos que favorece la generación de capital:
(…) junto con la división del tiempo laboral (útil para la generalización del subempleo y para la explotación del desempleo y no para el objetivo de un pleno empleo), tiene lugar una redistribución de ganancias, de la seguridad social, de las oportunidades de promoción y de la posición en la empresa en el sentido descendente (…) En este aspecto, la política de tiempo laboral es siempre una política de reconversión que crea nuevas incertidumbres sociales y desigualdades (p. 179).
Estos hechos se insertan en un proceso general de transformación de las organizaciones sociales, el cual permite el cambio de una forma de empleo estable a una forma de subempleo integrado socialmente:
Si consideramos conjuntamente las consecuencias de la estandarización del tiempo y del espacio, podemos decir que se da el paso de un sistema, propio de la sociedad industrial, del trabajo unificado, organizado fabrilmente a lo largo de toda la vida, cuya alternativa radical es el desempleo, a un sistema lleno de riesgos de subempleo más flexible, plural y descentralizado que no reconoce el problema del paro (en el sentido de desempleo). En este sistema, el paro está, por así decirlo, “integrado” en las formas de subempleo y se intercambia por una generalización de las inseguridades en el empleo que no conocía el “antiguo” sistema de pleno empleo de la sociedad industrial (p. 180).
Por lo tanto, la ausencia de rigideces laborales, propio de un sistema de “subempleo más flexible, plural y descentralizado”, conlleva formas de precarización económica aceptadas por el paso a una sociedad post-industrial. La noción de subempleo solapa la diferenciación entre empleo y desempleo, entre trabajo formal e informal. Esto puede tener consecuencias postivas y negativas al mismo tiempo. Si, por una parte, puede superarse la brecha entre empleo y subempleo (con lo cual se incluye al menos parcialmente a parte de la fuerza laboral que se encuentra desocupada); también es cierto que se generalizan nuevas formas de explotación económica del trabajador, tomando en cuenta que, por ejemplo, las empresas se liberan de los costos asociados a asegurar el bienestar de los trabajadores. Esta forma de organización del trabajo tiene consecuencias para la concepción social del trabajo, e incluso juega un papel disruptivo en las relaciones entre los gobiernos, las empresas, la masa laboral y los sindicatos, tal como se establecieron en las luchas laborales del siglo XX.
Apenas tomamos dos referencias de los discursos provenientes de la academia y de las ciencias sociales. La narrativa de las ciencias sociales plantea que los cambios en el trabajo se deben a transformaciones más generales en las formas de organización de la sociedad. Estas narrativas comparten ciertas características con las ciencias sociales en general, y es que, al descomponer los procesos sociales en factores determinados teóricamente (como por ejemplo, el cambio tecnológico y organizacional), suelen fijar su atención en aquellos aspectos más descriptivos – menos profundos – del cambio social, con lo cual, finalmente, se reduce la pregunta por el sentido de las tendencias sociales a una cuestión de estructura. Para nosotros, los cambios en el trabajo son cambios en los patrones y esquemas de generación del capital, y no deben confundirse con las manifestaciones superficiales de dichos cambios.
Paralelamente, al referirse de forma acrítica a procesos sociales en curso, la narrativa académica contribuye con la naturalización de las relaciones sociales en general y de las relaciones entre el capital y el trabajo en particular. De este modo, los cambios en el trabajo se consideran – en el mejor de los casos – como parte de transformaciones espontáneas que están en curso en la sociedad (p.e. el tránsito de una sociedad industrial a una sociedad post-industrial). Por lo tanto, no es posible señalar los sujetos y las dinámicas específicas que inciden en las transformaciones sociales, vistas sólo como macroprocesos. Desde el enfoque positivista de esta narrativa, la transformación del empleo es más un fenómeno abstracto que un proceso histórico, social y cultural enmarcado en un momento y lugar particular.
La narrativa académica sobre las condiciones del trabajo en el capitalismo de la información, si bien proporciona insumos valiosos para el reconocimiento de este fenómeno, requiere para su valoración los complementos del diálogo de experiencias y de la reflexión crítica. Esto nos llevará de la determinación abstracta de los procesos sociales a la arena de la deliberación sobre los fines que encierran y sobre los consensos que permitan confrontarlos. Dicha ampliación no es meramente teórica, sino que representa la necesidad de superar el aislamiento entre la producción académica y las vivencias políticas de los sujetos sociales que se encuentran inmersos en tales cambios. En otras palabras, el discurso académico está obligado establecer el diálogo con los trabajadores (y no solamente con los empresarios) para salir de su aparente aislamiento y lograr un nuevo nivel de madurez comprensiva.
Una fábula sobre el trabajo en el capitalismo de la información
Es posible que los lectores conozcan el vídeo All Work and All Play (puede verse actualmente en la siguiente dirección:http://www.youtube.com/watch?v=faYL6b4-vqQ). Se trata de un vídeo que contiene una narrativa que representa el sentido del saber y del trabajo en el contexto de la sociedad-red. En cuanto que “narrativa” es una construcción discursiva que busca ilustrar un conjunto de patrones presentes en la realidad laboral de la economía digital. En otras palabras, All Work and All Play es la “puesta en escena” de la concepción del trabajo en la sociedad capitalista de la información.
No está de más intentar extraer qué elementos integran el discurso de esta narrativa. Un análisis del vídeo pone en manifiesto las siguientes ideas:
  • Existe un grupo social de personas alrededor de los veinte años que son quienes mejor representan los cambios que ha sufrido el trabajo en la era digital. Son conocidos como la “Generación Y” o “ Millennials ” . Ellos “representan la nueva fuerza de trabajo en el mercado global” y con su “mentalidad digital, fluida y colectiva, están afectando la manera en que trabajaremos y produciremos en el futuro”.
  • Para este grupo lo más importante es ganarse la vida profesionalmente haciendo “lo que les gusta”. Saben hallar la relación entre el placer y el trabajo. Incluso, el “placer” es lo que proporciona la medida del éxito del desempeño ocupacional. Son parte de una nueva “economía creativa”, en la que la dinámica de conexión a las redes define las relaciones laborales.
  • No pretenden integrarse en escalas jerárquicas y se relacionan con los demás en términos de igualdad, puesto que consideran importante el intercambio de conocimientos. Tienen la habilidad de identificar información a través de fuentes diversas e informales – como internet – y hallan satisfacción al “encontrar las cosas por sí mismos”. Les gusta aprender y son atraídos por “el desafío de desarrollar y participar de forma colaborativa”.
  • La elección profesional, más que una obligación, es resultado de su compromiso con determinadas experiencias de vida. Un empleo es una forma de llevar adelante un “propósito”, más que una obligación marcada por las necesidades de estabilidad o de fortuna.
  • La movilidad digital, la posibilidad de trabajar desde sus casas y la flexibilidad de horarios hacen que puedan atender sus trabajos en todo momento y lugar. Esto también permite que personas con diferentes estilos de trabajo puedan colaborar entre sí, y abre nuevas oportunidades para quienes poseen talentos excepcionales. Los Millenials tratan de mantener un perfil atractivo y actualizado en las redes sociales, puesto que son canales que utilizan para comunicarse y enlazar con nuevas oportunidades.
  • La “flexibilidad es el camino a seguir”. Prefieren proyectos que se encuentran en transformación constante, y están a gusto en un mundo inacabado que les estimula a adquirir nuevas habilidades. También necesitan “sentirse autónomos”, cambian de orientación rápidamente y no permiten que ninguna clase de arraigo los retenga. Viven en el presente, sin “la ilusión de que el futuro puede ser controlado”. La razón es que “quienes se adaptan mejor pueden evolucionar junto con los cambios”.
  • En resumen – nos alecciona el vídeo – debemos buscar nuestro propósito en la vida y hacerlo realidad. “Hacer lo que nos gusta”, “amar nuestro trabajo”, es lo que “nos pone en movimiento”, y es el camino a una “vida plena”.
La categoría de los Millenials sirve como representación idealizada de un conjunto de prácticas laborales y de hábitos cognitivos que supuestamente identifican a la fuerza de trabajo de la sociedad de la información. Lo que constituye su esencia es que los Millenials son la base laboral de una economía basada en la creación, la reproducción y el consumo de bienes creativos. Se caracterizan por su interés en participar en proyectos en curso, por su preferencia por la fluidez organizacional y por la utilización de medios digitales que les garantizan independencia de tiempo y lugar. El audiovisual explica que, en la medida en que la fuerza laboral se encuentre mejor adaptada a aspectos como elasticidad cognitiva, ubicuidad comunicacional, fluidez organizacional y flexibilidad laboral, se encontrará también mejor integrada en la “economía creativa”.
Como dice el vídeo: “la flexibilidad es el camino a seguir”. La clave del audiovisual es la idea de “flexibilidad”: fluidez cognitiva y productiva, ausencia de restricciones organizacionales y utilización de medios digitales que permiten el trabajo “a distancia”. No obstante, la propia idea de “flexibilidad” es tan central en el vídeo como polisémica, y se aplica a todas las dimensiones mencionadas dependiendo de la intención narrativa. Ello no es fortuito, sino que quiere decir que se le otorga un carácter central a la noción de “flexibilidad” vista desde diferentes enfoques.
Luego de analizar el vídeo, podemos extraer cuatro dimensiones temáticas que ayudan a describir el objeto de este discurso:
  • Cognición: El audiovisual convierte en rasgos cognitivos los hábitos que genera la búsqueda de información en la red, como por ejemplo la lectura e interpretación a través de hipertextos, lo cual genera la inclinación al “pensamiento asociativo”. Esto quiere decir que los Millenialsson un grupo que puede explotar eficientemente las nuevas tendencias digitales de comunicación e intercambio de información, pero también que sus propias formas de pensamiento se encuentran condicionadas por la “textura” funcional de internet.
  • Comunicación: La posibilidad de comunicarse de forma permanente y ubicua, facilitada por la mediación de la tecnología digital, permite trabajar a distancia y bajo autonomía de horarios. Así mismo, sirve de infoestructura para la independencia organizacional. Las redes sociales y otras plataformas informáticas se convierten en espacios para la articulación laboral y organizacional.
  • Organización: Se enaltece que el individuo no pretenda tomar parte en proyectos estables, sino que prefiera integrarse transitoriamente en emprendimientos en constante transformación. Esto quiere decir que deberá adaptarse para tomar parte en un mercado de proyectos en ebullición, en cuanto a ofertas de productos y oportunidades de trabajo. Por otra parte, se elogia la capacidad de trabajo colaborativo, que facilita el intercambio de conocimientos y la producción a distancia, así como la no preferencia por estructuras jerárquicas y rígidas, más afines con estructuras empresariales tradicionales.
  • Empleo: La estabilidad laboral está prácticamente ausente, como resultado de los hábitos cognitivos de los jóvenes, el impacto digital en las comunicaciones, la fluidez organizacional y la ausencia de arraigo con respecto a emprendimientos más o menos duraderos en el tiempo. Más bien, la estabilidad laboral es vista como un vestigio de formas organizacionales precedentes, como aquellas en las que se integraron los “Baby Boomers” y la “Generación X”.
Si ordenamos estos temas, podemos afirmar que el vídeo muestra que las nuevas dinámicas cognitivas, generadas gracias a Internet, y el uso de medios digitales, que proporcionan mediaciones técnicas y simbólicas entre las personas, funcionan como estratos comunicacionales y técnicos de los cambios en los que aparecen los Millenials. Pero sobre todo, su papel es que contribuyen con un soporte para las condiciones materiales en las que se desenvuelve esta fuerza de trabajo: la fluidez organizacional y la flexibilidad laboral. De tal forma que, para nosotros, la Generación Y, un grupo descrito por los valores de fluidez cognitiva y ubicuidad comunicacional, puede ser caracterizado en mayor medida por su desarraigo con respecto a las organizaciones y a las normas de empleo convencionales. De ahí que los Millenials sean presentados en esta narrativa como unaevolución de las formas organizacionales que emergieron en el contexto social y económico de los “Baby Boomers” y de la “Generación X”.
Otro punto no menos importante que los anteriores es la dimensión de los valores que guían a la Generación Y. El vídeo enaltece el principio de “haz lo que te gusta” como valor ético de la fuerza laboral que es motivada a integrarse en la economía creativa. Esto tiene sentido, puesto que en la “nueva economía”, basada en la reproducción y consumo masivo de bienes creativos, la producción de valor mercantil se encuentra arraigada en la explotación del trabajo intelectual de los empleados. De manera que lo que hace la narrativa es proporcionarle un revestimiento ético a la participación de los trabajadores en esta forma de generación de capital. Además, valores como el individualismo vocacional y el desarraigo con respecto a una comunidad “presencial” deberían formar parte de la subjetividad de la fuerza laboral. De esta forma estarían preparados para asumir la dinámica del mercado de trabajo basado, como hemos visto, en la flexibilización de las normas laborales, del horario y del lugar de trabajo.
No obstante, si por una parte se enaltece retóricamente el principio de “haz lo que te gusta”, que sirve para la afirmación simbólica de la fluidez organizacional y de la flexibilidad laboral, al cierre del vídeo se manifiesta el principio darwinista de que sólo quienes se adapten a los cambios podrán sobrevivir en el sistema. Por lo tanto, en esta versión de la economía creativa, “hacer lo que te gusta” no es simplemente una opción alentada por una concepción individualista de los proyectos de vida. “Hacer lo que te gusta” resulta al cabo en una obligación que contrae el respeto al imperativo capitalista de la flexibilización del trabajo.
Como conclusión, All Work and All Play es una representación estética del discurso contemporáneo del trabajo en el capitalismo de la información. Por lo tanto, es un ejemplo de la “puesta en escena” de un discurso que busca justificar la precarización del trabajo, en tiempos en que la economía capitalista se mueve hacia formas más sofisticadas de explotación del trabajo intelectual y manual.
Existe una relación entre el discurso ético-estético del audiovisual y el discurso académico. Como nos dicen los autores, el vídeo está basado en diferentes investigaciones realizadas sobre el tema de los Millenials. De hecho, este concepto ha sido presentado en trabajos de corte académico como los de Howe y Strauss (2000), aunque se ha convertido en moneda corriente en el tratamiento mediático sobre la sociedad de la información. En este sentido, el concepto encierra el carácter reduccionista, prescriptivo y naturalizante que hereda de los estudios “científicos” sobre el tema. Pero también posee un par de diferencias interesantes. En primer lugar, tiene una dimensión estética que no puede pasarse por alto. Está compuesto en base a productos mediáticos audiovisuales (películas, vídeoclips), por lo cual toma partido de imágenes populares (como los personajes de las películas de Hollywood) y de canales bien conocidos (como Youtube) para posicionar su mensaje. En esta dimensión también es evidente la exaltación de la juventud, convertida así mismo en producto comunicacional, para buscar la identificación de los receptores con el mensaje.
Pero lo más importante es que posee una dimensión motivacional que no resulta evidente en el otro discurso: el vídeo busca convertirse en un ejemplo de las creencias que deben internalizar quienes deseen formar parte de la fuerza laboral de la “economía creativa”. De ahí que lo consideremos como un discurso eminentemente ético-estético. En este sentido, utiliza recursos comunicacionales para crear una imagen que sirva de ejemplo a los trabajadores y muy especialmente a los más jóvenes. Cual producto de marketing laboral, el audiovisual se propone condicionar las expectativas y el comportamiento de los jóvenes que aspiran a labrarse un futuro cumpliendo con los valores y las prácticas de la economía capitalista de la información. Así como el discurso académico tiende a la naturalización de los procesos sociales, el discurso ético-estético contribuye con que la sociedad-red cobre sentido para los trabajadores en cuanto que se convierte en parte de un proyecto de vida personal. Con ello se los prepara, a la vez, para que comiencen a asimilar activamente las imposiciones de un mercado laboral donde son comúnes las prácticas que llevan hacia la precarización del trabajo.
El sabor de la precarización del trabajo en la boca de los trabajadores
La tercera narrativa la extraemos de la experiencia de algunos trabajadores. Aquí tomaremos solamente una visión particular de las experiencias posibles, pero que nos interesa mostrar como contraste con las perspectivas que exploramos anteriormente. Si, desde un punto de vista teórico, la transformación de las condiciones de trabajo responde a los cambios en las dinámicas de las relaciones organizacionales y económicas, para ciertos empleados la “nueva economía” contrae condiciones de empleo – y de vida – que pueden ser claramente reconocidas como una situación de inseguridad y de explotación. De esta forma, la “flexibilidad laboral” se comprende con un cariz distópico como “precarización del trabajo”, es decir, la pérdida de las condiciones de seguridad y de bienestar laboral.
¿Cómo son las condiciones en el sector de los empleados de la información? La experiencia de algunos trabajadores parece m o strar el reverso de las narrativas académica y estética sobre e l t r aba j o en la “nueva economía”:
Todos los que trabajamos en el sector conocemos bastante bien las “peculiaridades” de muchas de las empresas relacionadas con el desarrollo de “software” y la consultoría informática: subcontratación a mansalva, horarios abusivos y horas extras “gratis”, proyectos mal planificados y con menos recursos humanos de los que serían deseables, supeditación de los costes de un proyecto a lo que el comercial “vende” al cliente, asignación de personal a proyectos en clientes con una categoría superior a la que realmente tiene el trabajador, desigualdades salariales escandalosas (Asorey, 2008).
Éstas son algunas de las circunstancias que surgen al margen de los presupuestos básicos de la economía de la información, y que devienen como consecuencia de prácticas como la subcontratación. Pero a la vez, muestran la deriva de la relación entre el trabajo y el capital en el mercado “real”, más allá de los “mundos ideales” de la teoría y de la estética. La experiencia de estos trabajadores refleja una opinión negativa sobre aspectos como la planificación de los proyectos, las condiciones de horario y las dinámicas de organización, como si se tratara de forzar un contraste con los valores de los Millenials:
Los horarios de muchas personas son tan malos que dificultan mucho el tener una vida personal y familiar satisfactoria. Los costes de los proyectos muchas veces se disparan por una mala planificación, la alta rotación de personal y el mantenimiento del software se complica mucho cuando se programa con prisas y con una presión excesiva (ibídem).
Las ventajas que proporciona el mercado a las empresas se traduce en una racionalización de los costos en detrimento de la estabilidad contractual de los trabajadores. Incluso existe posibilidad de tratar los contratos de los trabajadores como otro tipo de mercancía, que se coloca a disposición de la demanda de servicios informáticos, con el valor adicional de que su comercialización genera ganancias para las empresas. Este sector laboral es descrito como: “ un sector ‘periférico’ y ‘descentralizado’, vía externalización de servicios y/o subcontratación”; donde algunas empresas “fundamentan sus ingresos en la contratación de este personal, normalmente con poca experiencia y bajo salario, con contratos temporales o por obra, que posteriormente son revendidos a terceras empresas como profesionales altamente cualificados y con una gran experiencia” (García, 2009) .
Al parecer, esto responde a una práctica recurrente en el sector empresarial, que lo utiliza como una forma de aprovechar la flexibilidad laboral para generar ingresos. El surgimiento de estas prácticas parece delatar precisamente algunas de las “consecuencias imprevistas” de la economía postindustrial:
¿Como se ha llegado a esta situación? en lugar de apostar por la innovación tecnológica, la formación continua y la Informática de calidad, las Consultoras han convertido el sector en un “juego de pillos”: estas empresas “cárnicas” – o también “charcuteras”, si continuamos con el argot del sector – intentan vender a sus trabajadores como si tuvieran más cualificación y/o experiencia de la que tienen, y “colar” así los proyectos sin preocuparse por la calidad de eśtos. Lo importante es que los clientes sigan necesitando la “carne” que les proporciona por horas las “cárnicas”. En el otro lado, las empresas matrices intentan pagar lo menos posible y desentenderse de la Informática para ahorrarse el trabajo de gestionar su propia actividad (ibídem).
Podemos preguntarnos hasta qué punto estas prácticas responden a los axiomas de la “nueva economía”; y más importante aún, si las mismas pueden reconocerse en la proyección ideal de una sociedad postindustrial. Ciertamente, la generalización de estas prácticas forma parte de una sociedad en la cual el subempleo es la regla de la asimilación de la fuerza laboral en la economía. Pero así mismo, en estas experiencias podemos intentar hallar una síntesis del “lado obscuro” de las relaciones entre el capital y el trabajo en esta etapa de desarrollo del mercado:
Estamos hablando de un sector donde la subcontratación y la precariedad son absolutamente hegemónicas: la subcontratación permite a las empresas matriz y a las consultoras dividir sin mayores problemas a los trabajadores. Así, se fuerza constantemente la negociación individual en vez de una colectiva, y los trabajadores del sector consiguen subidas salariales cambiando periódicamente de empresa. Las mejoras en las condiciones de trabajo son en un gran número de caso aparentes, casi cosméticas, ya que al cobrar por encima de convenio suele ir asociada la realización de un gran número de horas extras sin remunerar, jornadas demenciales en la finalización de plazos de entrega y responsabilidades por encima de la categoría asignada al trabajador (ibídem).
Una dimensión generalmente poco explorada del problema es hasta qué punto los propios trabajadores ven como válidas las condiciones de empleo en las que se desenvuelven: no solamente se consideran “aceptablemente bien pagados” en comparación con otros sectores, sino que su ideal de autonomía consiste en “replicar las malas prácticas de las empresas del sector”, con lo cual se suman a las dinámicas de mercado que favorecen la competencia y la precarización del trabajo (ibídem).
Además de la contratación individualizada y de la subcontratación que imponen las empresas, la concepción que tienen de sí mismo los trabajadores de este sector juega un papel fundamental en la conservación del sistema: al ser empleados en áreas del conocimiento, no se consideran trabajadores ni explotados, ni poseen una conciencia asociativa que permita que las iniciativas de organización colectiva sean corrientes. Más bien, el individualismo parece más fuerte que la conciencia de sus condiciones comunes. Tal es un efecto fomentado por las propias dinámicas de la economía de la información, como el autoempleo, la competencia por las plazas de trabajo, y las prácticas contractuales de las empresas del sector (García, 2009).
A principio de junio de este año conocimos, a través de los medios de información, la huelga de los trabajadores informáticos de HP en España, donde éstos reaccionaron contra lo que, a su parecer, significaba un proceder abusivo por parte de la empresa. Algunas medidas aplicadas por la misma incluían la eliminación de los aumentos salariales, el incremento de la jornada de trabajo, la reducción salarial obligatoria y el cumplimiento de horas no remuneradas, entre otras. Uno de los comunicados iniciales del movimiento para la huelga expone lo siguiente:
El caso de HP muestra una vez más la forma como las grandes corporaciones lucran a costa de las condiciones laborales y los puestos de trabajo de sus plantillas. Con una previsión de crecimiento de cerca de un 10% para 2013, HP ha despedido en los últimos tres años a 260 personas en el estado. No parece serle suficiente. El plan de recorte que ha puesto ahora sobre la mesa supone la eliminación de incrementos salariales anuales garantizados, la reducción del 10% del sueldo a parte de la plantilla, una drástica reducción de compensaciones por guardia y horas extras, realización de guardias obligatorias, 270 horas de jornada irregular (el empresario cambia el horario cuando quiere), incremento de la jornada al máximo legal y la eliminación de la jornada intensiva (1) .
La iniciativa de reivindicación laboral se topó con la resistencia activa de la plantilla gerencial y con los desacuerdos entre los distintos grupos sindicales (finalmente esto fue lo que determinó el fin de la huelga), a pesar de que durante unos siete días se logró paralizar las actividades de la empresa (creándole inconvenientes con sus contratantes), así como también movilizar a parte de los trabajadores en piquetes y protestas de calle (2). El proceso de huelga terminó con algunas pequeñas victorias para los empleados: se pudo evitar la reducción salarial y el aumento de la jornada laboral resultó inferior a lo previsto (3). De todas formas, es evidente que el movimiento fue una experiencia importante en el sentido de que generó un saldo organizacional positivo para los trabajadores, y de que sentó un precedente que puede reactivarse ante nuevas acciones unilaterales de la compañía. Por cierto, la huelga tiene su bitácora en la web ( http://huelgahp.wordpress.com ) y también generó su propio reportaje audiovisual (  Hemos decidido organizarnos”, disponible en: http://www.youtube.com/watch?v=u2MU_ghVigg )
Las medidas aplicadas por la empresa, aunque atentaron contra el bienestar de los informáticos, se encuentran en el marco del “libre” mercado laboral tal como lo conocemos hoy día. Igualmente, no parece que se encuentren en contradicción con las prácticas de la “nueva economía”. Esto no quiere decir que las medidas no sean cuestionables, al contrario, pero deben cuestionarse en el contexto de las prácticas que hacen que este tipo de acciones sean posibles. Por ejemplo, además de la reducción unilateral de beneficios para empleados de la empresa, es de cuestionar que la crisis económica se convierta en una fuente adicional de recursos financieros para el mercado. En otras palabras, que reducir los beneficios para los trabajadores resulta rentable. Como afirma Ulrich Beck, la deslocalización y flexibilización de horarios contrae otras relaciones entre los trabajadores y las empresas, lo cual a su vez implica nuevas inseguridades para unos y nuevas oportunidades de financiación para otros (1986, p. 179). También lo sienten así los informáticos:
Cuando vean subir el beneficio laminando nuestros derechos, condiciones y salarios que a nadie le quepa ninguna duda que volverán. Porque somos un yacimiento de dinero, de negocio. No somos ‘queridos colaboradores’. Porque recortarnos produce dinero directo, porque despedirnos es rentable y porque si lo encuentran fácil, ¿por qué no volver a hacerlo? ¿Por ética? (4)
Una narrativa basada en estos testimonios se propone sondear los efectos de la flexibilización laboral a través de la experiencia de algunos trabajadores vinculados con el sector. En esta narrativa, no se desconoce que la flexibilización laboral pertenece a un conjunto de prácticas de mercado que en algunos casos puede dar resultados satisfactorios de acuerdo con las expectativas de los trabajadores, pero al mismo tiempo se hace énfasis en los efectos perversos que pueden tener dichas prácticas en las condiciones de vida de los empleados. En ningún caso se ha llegado a contradecir los supuestos principales del discurso académico sobre el tema, e incluso se ven reflejados algunos valores del discurso ético-estético, aunque con una evaluación ambivalente. Lo ideal sería que el reconocimiento del impacto de las condiciones del mercado laboral en la vida de los trabajadores conduzca a una reflexión profunda sobre la situación económica en general; por ejemplo, que el movimiento de reivindicación de los empleados de HP trascienda a un foro de discusión y de formulación de propuestas para evitar las consecuencias indeseadas de las prácticas de mercado en todos los trabajadores.
Esta narrativa muestra de qué forma la realidad del mercado puede convertir los ideales de los discursos precedentes en el relato del mal vivir de los profesionales del sector. En esta narrativa, “flexibilidad” equivale a “precarización” y no es una condición que pueda disfrutarse al abrigo de la esperanza de contribuir con la consolidación de una economía postindustrial.
Conclusiones
La emergencia de las “nuevas” reglas de empleo ha sido supuestamente impulsada por la aparición de una infraestructura tecnológica que permite el intercambio de información de una forma que promete alto tráfico de datos y costos bajos, lo cual vuelve obsoletos los modos organizacionales de las empresas en las etapas anteriores. Pero en el fondo, no se trata únicamente de cambios tecnológicos que permiten cambiar la forma de organización del trabajo; sino de transformaciones de gran escala en los patrones económicos de producción de bienes y servicios, incubadas en el último tercio del siglo XX. De este modo, la transformación del trabajo se encuentra enmarcada en los cambios que progresivamente se han institucionalizado en los países del centro capitalista como parte de la lucha social entre las empresas, el mercado, el estado y los trabajadores.
A la vez, dichos cambios han sido acompañados por la masificación de un conjunto de construcciones simbólicas que buscan darle un significado aceptable a los mismos. Las dos primeras narrativas que examinamos, cada una desde su contexto discursivo, intentan proporcionarle sentido a las políticas públicas y a las experiencias de los trabajadores en el capitalismo de la información. Sea desde la perspectiva de la ciencia social positivista o desde un enfoque estético, las narrativas dominantes convergen en la naturalización de los procesos sociales y apuntan a preparar a los trabajadores – especialmente a los jóvenes – para construir un proyecto de vida como fuerza laboral de la “nueva economía”. De este modo, tiende a ser excluida la reflexión crítica sobre las causas y las implicaciones de que la economía capitalista se oriente hacia formas de generación de capital basadas en la producción y el consumo de bienes intangibles. Aspectos aparentemente tan disímiles – pero afines – como el endurecimiento de la protección a la propiedad intelectual, la expansión de los patrones de la economía financiera y la flexibilización del derecho laboral dificilmente pueden ser vistos como fenómenos relacionados entre sí, a pesar de que se encuentran arraigados en la cultura jurídica del neoliberalismo.
Pero como hemos visto, existe poco qué elegir en este sistema. Si bien la ética (mercadotécnica) de la sociedad-red alienta a los jóvenes a seguir una vocación personal, se les advierte tácitamente que la estabilidad laboral representa un vestigio de un modelo económico superado, y que sólo quienes admitan las normas del trabajo de la economía creativa “evolucionarán con los cambios”. Dicha ética sirve como cubierta para el despliegue de un modo de producción que se basa en la explotación del trabajo con vistas a la sustentación de una economía que requiere la diversificación de la oferta y el incremento del consumo de mercancías. La “nueva economía”, la “economía del conocimiento”, donde el valor comienza a ser creado en mayor medida por el conocimiento en comparación con los factores de producción convencionales, requiere un discurso legitimador que ayude a que los trabajadores acepten pasivamente que sus proyectos de vida se encuentran determinados por las dinámicas vacilantes del capital. El discurso académico hace algo similar, en tanto que tiende a transmitir la idea que las manifestaciones concretas de esta etapa del capitalismo se deben a tendencias objetivas y universales, cuando lo cierto es que pertenecen al dominio de las transformaciones políticas, económicas y culturales de las sociedades capitalistas.
La cuestión no es tanto discutir sobre lo positivo o negativo de difundir los valores de otra forma de economía. El problema de fondo es político. Una vez que se acepta la precarización del trabajo como norma y que se admite que forma parte integral de los procesos orgánicos de la sociedad es muy difícil poder dar marcha atrás. De ahí que el discurso a favor de la flexibilización laboral, independientemente de que se encuentre arraigados en tal o cual fundamento técnico o económico, contribuyen a crear un problema político. Las primeras narrativas que revisamos se encuentran consustanciadas con las tesis a favor de la precarización del trabajo, una estrategia que está causando consecuencias impactantes en todas las sociedades de la esfera capitalista.
Quizá una alternativa, tal vez utópica, se haya asomado en la tercera narrativa. Parece necesario encontrar las formas para generar el diálogo que sirva para revertir los efectos del discurso del mercado en la conciencia (potencialmente) colectiva de los trabajadores de la información. Los técnicos suelen preferir el dominio de la instrumentación y de la eficiencia. El mercado de trabajo ha convertido a muchos de ellos en agentes para la mercantilización de su propia capacidad de trabajo. Pero es importante que encuentren espacio para el diálogo y el pensamiento crítico; para así caer en cuenta de que la racionalidad actual del mercado laboral no es un fenómeno eterno sino que es también una forma de instrumentación, basada en el interés egoísta de algunos sujetos históricos, y que puede encontrar su rival en formas de conciliación más incluyentes y mucho más solidarias que éstas. En un momento de madurez posterior, este diálogo debe conducir a una forma de deliberación y movilización que apunte a cuestionar directamente los fundamentos del sistema.
Hoy, como en tiempos de la primera revolución industrial, lo que anhela el mercado es poder hacer uso de las masas de trabajadores atomizados y sin conciencia. La respuesta no puede consistir sólo en repetir los esquemas de concertación entre el capital y los trabajadores, aunque sea necesario reivindicar dichos esquemas, sino que también debe encontrar su rumbo en la democratización radical de las “normas” que supuestamente rigen el mercado de trabajo. Pero la democratización del mercado laboral no es más que una dimensión parcial de procesos más integrales que deben apuntar a generar cambios para contrarrestar los efectos de la desnacionalización de la política y de la economía en los países del centro y de la periferia capitalista. Más allá de un cambio de reglas, lo que debe favorecerse es un cambio de sistema. De allí que no sea posible pensar en la economía ni en la tecnología en los términos actuales, sino que deben hallarse las fórmulas para re-establecer el diálogo que permita redefinir el propósito social de dichas categorías. La reconstrucción del consenso político en torno al lugar de la economía, la tecnología y el mercado es un prerrequisito para la formulación de nuevas alternativas de vida para el devenir de las sociedades de la órbita capitalista.
(1) “’Esto es la gota que ha colmado el vaso’. Sindicalismo en el sector de la Informática” (04 de junio de 2013). Disponible en:http://info.nodo50.org/Huelga-indefinida-en-Hewlett.html
(2) “Huelga indefinida HP: 7 días que cambiarán el sector TIC” (11 de junio de 2013). Disponible en: http://anticapitalistas.org/spip.php?article28535
(3) “HP: concluye la huelga en España” (10 de junio de 2013). Disponible en: http://es.kioskea.net/news/16334-hp-concluye-la-huelga-en-espana
(4) “Duras medidas contra los trabajadores de HP. Reaccionemos”. (24 de mayo de 2013). Disponible en:http://huelgahp.wordpress.com/2013/05/24/3/
Referencias
Asorey, D. (2008, 15 de febrero). “Explotados encorbatados”. Disponible en: http://blogs.publico.es/informatica/53/explotados-encorbatados/
Beck, U. (1986). La sociedad del riesgo. Hacia una nueva modernidad. España: Paidós.
Box1824. All Work and All Play. Disponible en: http://www.youtube.com/watch?v=faYL6b4-vqQ
Castells, M. (2001). La galaxia internet. España: Areté.
García, D. (2009, 16 de julio). “Deus ex machina. Reflexiones en torno al sindicalismo y el sector de la Informática”. Disponible en:http://info.nodo50.org/Reflexiones-en-torno-al.html
Howe, N. y Strauss, W. (2000). Millennials Rising: The Next Great Generation. Knopf Doubleday Publishing Group.
Nota: publicado el 05/07/13 en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=170706&titular=tres-relatos-sobre-la-precarizaci%F3n-del-trabajo-en-el-capitalismo-de-la-informaci%F3n- y en: http://www.aporrea.org/actualidad/a169307.html
Fuente: http://reflexiontecnologica.wordpress.com/2013/07/06/tres-relatos-sobre-la-precarizacion-del-trabajo-en-el-capitalismo-de-la-informacion-3/
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

El Gran Patrón amedrenta al mundo por el caso Snowden

de rebelion.org
RIA Novosti


Al poder le ocurre como al nogal: no deja crecer nada bajo su sombra (Antonio Gala Velasco, escritor español)

Hace menos de un mes la idea del surgimiento de un Nuevo Orden Mundial Multipolar, en reemplazo al actual Unipolar tenía cautivada a la opinión pública internacional cansada del dominio y el abuso de poder por la única superpotencia del mundo – Estados Unidos.

Los mejores cerebros internacionales y varios hombres lúcidos norteamericanos, como Immanuel Wallerstein, James Petras, Noam Chomsky hablaban del declive económico estadounidense y su debilitamiento militar debido a sus recientes fracasos en Irak y Afganistán”. También resaltaban el inicio de la “nueva época” en América Latina que dejaba de ser el “patio trasero” de Norteamérica.

Pero todo esto ha resultado ser una mera ilusión después de que un desconocido ex técnico de la supersecreta Agencia de Seguridad Nacional (NSA) Edward J. Snowden, motivado por su consciencia, decidiera contar a los habitantes del planeta y presentando pruebas contundentes de que “El Ojo Invisible del Hermano Mayor” ya está controlando las 24 horas al día, cada aspecto de la vida privada de cada uno de ellos. Con esta revelación la humanidad se ha sumergido en un estado de shock emocional al darse cuenta de lo insignificante que es la vida humana para el poder globalizado, cuyo máximo exponente hasta se ha otorgado el derecho de ordenar y asesinar a cualquier ser humano prácticamente en todos los rincones del planeta, si lo considera un potencial enemigo de su poder.

Durante varios años la opinión pública mundial, se negaba por una razón misteriosa reconocer que la “Doctrina Obama” representa la continuidad de la de su predecesor, George W. Bush quien en el 2002 afirmó: “Se está con nosotros o se está con los terroristas”. Ocho años después, exactamente el 25 de octubre del 2010 el presidente Barack Obama declaró en México: “Vamos a castigar a nuestros enemigos y vamos a premiar a nuestros amigos que nos apoyan en los asuntos que son importantes para nosotros” (“We’re gonna punish our enemies and we’re gonna reward our friends who stands with us on issues that are important to us”). Su secretario de Estado, John Kerry también dio un claro aviso a los latinoamericanos cuando se refirió en abril pasado a América latina como “el patio trasero” norteamericano.

Todas estas declaraciones y advertencias no vienen por casualidad, son mensajes de Washington dirigidos al mundo entero para que no tengan muchas ilusiones y que pisen tierra. Resulta que el “patio trasero” tradicional no ha dejado de serlo completamente económica, financiera y políticamente. Inclusive se ha extendido a Europa abarcando a la mayoría de los países como Gran Bretaña, Francia, España, Italia, Portugal e inclusive está tocando las puertas de la orgullosa y ordenada Alemania que resiste a duras penas las tentadoras ofertas de los Estados Unidos. En un reciente artículo el ex subsecretario del Tesoro en la administración Reagan declaró que a nadie en Europa le “gusta Norteamérica, pero todos aman el dinero de Washington. Inclusive, gente de la dimensión de Winston Churchill tenían que inclinarse ante Washington para poder pagar sus cuentas y las de su país”.

Por eso no es de extrañar la sumisión y el servilismo vergonzoso de Europa al poder de Norteamérica cuando se desató el caso del ex técnico de las NSA, Edward J. Snowden después de que él denunciara la monstruosa dimensión y extensión del programa del espionaje masivo PRISM contra los propios estadounidenses, China. Rusia, la Unión Europea, los países del grupo G-20, México etc. Los líderes de Europa, haciendo caso omiso de la opinión pública de sus pueblos, que consideraron como heroica la denuncia de Snowden (80 por ciento), se aliaron inmediatamente con Washington en la persecución despiadada, ilegal e inconstitucional del denunciante. Pero como solía decir Henry Kissinger “lo ilegal lo hacemos inmediatamente y lo inconstitucional tarda un poco más”. Lo nuevo en este caso es la fusión automática de lo ilegal y lo inconstitucional en una forma que no tiene otro nombre que criminal.

El poder globalizado bajo la batuta de Obama arremetió contra cualquier país que se atrevía a opinar sobre la posibilidad de otorgamiento del asilo político a Snowden. La República popular China y la Federación de Rusia fueron los primeros países amenazados por el departamento de Estado de atenerse a las consecuencias de sus acciones favorables respecto al ex técnico de la NSA. Como se sabe China facilitó el vuelo de Edward Snowden a Rusia y el presidente Putin le permitió quedarse en la zona internacional del aeropuerto Sheremetievo en Moscú.

Todo esto fue posible realizar después de que el cónsul de Ecuador en Londres, Fidel Narváez había otorgado a Snowden un documento de viaje para poder viajar de Hong Kong a Moscú. Una llamada “amistosa” del vicepresidente de EE.UU. Joe Biden a Rafael Correa hizo que el presidente ecuatoriano comenzara a dar muestras de echarse para atrás en sus intenciones de revisar la posibilidad de dar el asilo político a Snowden en Ecuador. Recientemente declaró que “ayudarlo a Snowden fue un error”. El presidente ruso también mostró una actitud rara cuando anunció que Snowden puede quedarse a vivir en Rusia con la condición que “deje de perjudicar a nuestros socios en Estados Unidos”. China mientras tanto no dice ni pío siguiendo su filosofía. Parece que todos estos países se han olvidado o simplemente prefieren ignorar que en el período 2009- 2011 Estados Unidos otorgó asilo a 1,222 rusos, 9,493 chinos y a 22 ecuatorianos, permitiéndoles perjudicar libremente a sus supuestos socios chinos, rusos o ecuatorianos.

La presión norteamericana a nivel internacional ha sido aplastante pero no suficiente en la percepción del departamento de Estado y los 17 organismos de inteligencia de EE.UU... Había que hacer algo más para mostrar el poder de Washington para amedrentar a cualquier país que se atreva solamente a mencionar alguna posibilidad de asilo para Snowden. Para esa demostración cínica eligieron al país más pequeño y más débil, Bolivia de unos 10 millones de habitantes cuyo presidente Evo Morales no descartó en una conversación con los periodistas en Moscú la posibilidad de asilo para el ex técnico de la NSA, aclarando el presidente que todavía no ha recibido ninguna solicitud para que su gobierno la revisara y tomara una decisión.

Washington con su conocida “valentía”, en cambio, sí tomó la decisión de mostrar a los 192 países del globo quién es el Gran Patrón y utilizó para esto al presidente Evo Morales cuyo avión FAB-001 Falcon 900 EX dejó el aeropuerto Sheremetievo en Moscú después de la clausura de la Segunda Cumbre de Exportadores de Gas, a la que asistió Evo Morales. Nadie presentía los problemas que surgirían al entrar el avión en el espacio aéreo de la Unión Europea para hacer una escala técnica programada en Lisboa para reabastecerse. Sorpresivamente la torre de control portuguesa le prohibió el aterrizaje por “problemas técnicos”, lo mismo se repitió en Francia, Italia y España. Finalmente, después de dar vueltas en el cielo europeo FAB-001 estando a punto de quedarse sin combustible recibió el visto bueno para el aterrizaje en Viena, donde el presidente de Bolivia tuvo que esperar 14 horas para que el gobierno español le autorizara cruzar su territorio y hacer escala técnica en las Islas Canarias.

Posteriormente la cancillería española aclaró que fue la “decisión de cancilleres” de Francia, Italia, Portugal y España de no permitir el aterrizaje del avión presidencial debido a que Evo Morales no dio permiso a las autoridades de estos países para revisar el avión. Por alguna razón “se olvidaron” los líderes de estos países que los aviones presidenciales tienen una absoluta inmunidad de acuerdo a las leyes internacionales suscritos por todos los países miembros de las Naciones Unidas y que el presidente de un país soberano tiene todo el derecho legítimo de otorgar asilo a cualquier persona y traerlo a su territorio en el avión presidencial tenga o no tenga pasaporte válido.

Pero las leyes internacionales asemejan a la Ley de Embudo: “Lo ancho para uno y lo estrecho para los demás”. Resulta que el departamento de Estado tenía “sospechas” de que Edward Snowden estuviera en el avión de Evo Morales y dio la orden a sus fieles e incondicionales servidores franceses, portugueses, italianos y españoles – habitantes del “patio trasero europeo” de Estados Unidos para que no permitan que este avión sobrevuele sus países sin previa revisión y busquen a Edward Snowden.

Los norteamericanos sabían perfectamente que el ex técnico de la NSA no estaba en el avión pues durante la perestroika y el gobierno de Yeltsin han logrado penetrar los servicios de inteligencia rusos y colocar sus agentes de influencia en lugares claves de la sociedad y la infraestructura nacional. La información diseminada diariamente por la mayoría de los medios de comunicación respecto al caso Snowden es un reflejo triste de esta situación.

Lo que necesitaba el departamento de Estado era armar un show y mostrar su poder omnipotente para amedrentar a los que sólo se atrevan a mencionar la posibilidad de refugio para Edward Snowden. Los satélites europeos de Norteamérica le demostraron a Evo Morales que para ellos era un simple “sudaca” a quien se puede discriminar, humillar, intimidar y escarmentar libremente, igual como se portan las autoridades de Texas, Arizona, Ohio y en el resto de la mayoría de los estados norteamericanos con los hispanos y peor aún si es que tienen la sangre y los rasgos físicos indígenas.

Sin embargo, lo que no entienden los más poderosos del mundo es que en cada andino, y Evo Morales es uno de ellos, hay un fuerte y siempre rebelde espíritu de Tupac Amaru o Tupac Katari. No se asustó Evo Morales, sino se indignó diciendo que “lo que pasó estos días no es una casualidad, no es un error, es una política de seguir amedrentando a Bolivia y a Latinoamérica. Nuestro delito es ser indígena y antiimperialista y de allí es porque cuestionan todas nuestras políticas”. Al retornar finalmente a su país y descender del avión se dirigió a la multitud que lo estaba esperando: “Pueblo y Fuerzas Armadas, buenas noches. ¡Patria o Muerte! La multitud le respondió con fuerza: “Venceremos” desplegando los carteles que decían: “Francia, Italia, España y Portugal qhinchas de merde”.

Mucho camino tendrá que recorrer todavía América latina para lograr su soberanía, el desarrollo socioeconómico y la integración. La convocatoria de una Cumbre de UNASUR en Cochabamba en desagravio a Evo Morales demostró la falta de solidaridad latinoamericana. Rafael Correa comentó que “no ha sido fácil llegar, no se ha podido hacer una Cumbre porque los estatutos hechos por la burocracia que sirven para lo que no se haga nada, porque por ejemplo para tener una Cumbre de Presidentes se requiere el consenso de todos los miembros y hubo países que se opusieron, bloquearon esta Cumbre de Presidentes”.

Asistieron a la reunión los presidentes de Ecuador, Argentina, Venezuela, Surinam, Uruguay y por supuesto su anfitrión Bolivia. Los presidentes de Colombia, Brasil, Chile, Guyana e inclusive el Presidente “pro témpore” del UNASUR, Ollanta Humala de Perú se abstuvieron de participar y mandaron sus delegaciones y solidarizándose espiritualmente con Evo Morales. El presidente de Colombia advirtió a Morales, después de expresarle su solidaridad, que hay que hacer todo lo posible para no estropear las relaciones con Europa. Con esta aclaración confirmó que no va a ser fácil deshacerse de la mentalidad servil en América latina.

El mismo Evo Morales debe de arrepentirse de lo que dijo a Francois Hollande durante su reciente gira a Francia: “Mi pedido a nuestro presidente de Francia que Francia sea la puerta para Bolivia en Europa, especialmente ahora conociendo mejor la tecnología europea y especialmente de Francia”. Recién ahora se dio cuenta Morales que el punto de control de las “puertas Europeas” no está en París o Bruselas sino en Washington y que los líderes europeos cumplen una simple función de conserjes de sus propios países. Eso obligará a pensar a Evo en la necesidad de comprar los helicópteros franceses, para la Fuerza Aérea boliviana, pues para él son los mejores en el mundo, aunque los expertos consideren que los aparatos norteamericanos y rusos son de mejor calidad. Igualmente deberá considerar la construcción de una ferrovía de 900 kilómetros contratando a las compañías francesas.

Por supuesto, que la Reunión de Presidentes del UNASUR en Cochabamba emitió una declaración considerando como “inaceptable la restricción a la libertad del presidente Evo Morales”, rechazó la actuación de gobiernos de Francia, Italia, Portugal y España, igualmente exigió a sus gobiernos explicar esta actitud y presentar disculpas públicas. También respaldó la denuncia del gobierno boliviano ante las Naciones Unidas por la violación de los derechos humanos y se acordó “conformar una comisión para esclarecer los hechos”. El gobierno de Mariano Rajoy contestó en seguida, diciendo que España no tiene que disculparse ante nadie. Así de simple. No pasó nada.

Mientras todo esto estaba sucediendo en Cochabamba, la Agencia de Seguridad Nacional seguía su rutina diaria de interceptar los correos electrónicos y más de mil millones de conversaciones de teléfonos celulares. A la vez, los países a los cuales apeló Snowden con el pedido de asilo están encontrando varios pretextos “técnicos” para declinar este pedido o postergarla decisión al respecto. El mismo heredero de Hugo Chávez, Nicolás Maduro declaró que “Caracas está dispuesto a dar asilo a Edward Snowden, pero dejaremos la decisión al pueblo de Venezuela”. Nadie sabe que significa esta declaración. Todo el mundo se está preguntando: ¿Qué hubiera hecho Hugo Chávez en esta situación?

Hasta ahora, al momento de terminar este artículo, a pesar de la retórica ningún país latinoamericano ofreció asilo a Snowden y según la prensa rusa, Moscú se está impacientando con su presencia en Sheremetievo. Da la impresión que al mundo entero no le interesa el destino del denunciante de la existencia del “Ojo Invisible” del Hermano Mayor” que tomó bajo el control a todo el planeta. Alguna vez escribió el poeta venezolano Víctor Valera Mora: “Esta tierra es un río de rodillas, hay que levantarla”.

Nota de Rebelión: Horas después de que este artículo fuera publicado, los presidentes Maduro (Venezuela) y Ortega (Nicaragua) anunciaron su decisión de otorgarle asilo político a Snowden.

Fuente: http://sp.rian.ru/opinion_analysis/20130705/157473638.html

El fin del consenso lulista





El periodista uruguayo analiza las causas de las protestas de las últimas semanas en Brasil. Ante el retroceso del movimiento reivindicativo, especialmente a partir de los gobiernos de Lula y debido a sus políticas sociales, surgió gran cantidad de organizaciones urbanas de la mano de jóvenes que comenzaron su activismo bajo esos gobiernos y que «no se sienten atados a su historia» y vienen padeciendo las reformas urbanas privatizadoras. Según Zibechi, el año próximo será clave, y el gobernante PT y las elites políticas deberán tener en cuenta las demandas de la calle.
En Brasil se abrieron las compuertas de la protesta social, con tal amplitud que no podrán ser cerradas en poco tiempo. El mes de junio pasará a la historia como el período de las más amplias movilizaciones en la historia del país, con jornadas que registraron dos millones de manifestantes en un proceso que arrancó el 6 de junio y está lejos de haber concluido. La masividad de las protestas se fue desflecando y la modalidad fue mutando en multitud de acciones medianas y pequeñas en los más diversos lugares, pero ya no en el centro de las grandes ciudades.
Muchos se preguntan por qué, si las cosas estaban tan mal, las protestas no surgieron antes. La respuesta es que los dos gobiernos de Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010) articularon políticas sociales amplias con la neutralización de los mayores movimientos del país, en un escenario signado por una consistente bonanza económica asentada en los buenos precios de las commodities de exportación. Dos hechos a tener en cuenta: el programa Bolsa Familia alcanzó a 50 millones de brasileños, un 25% de la población total, mejorando los ingresos de las capas más sumergidas de la población. La segunda es que el salario mínimo se multiplicó por tres en diez años (de 240 reales en 2003 a casi 700 en 2013, unos 250 euros). En consecuencia, entre 30 y 40 millones salieron de la pobreza e ingresaron al mercado de consumo.
Lo más significativo, sin embargo, es lo sucedido en relación a las luchas sociales. Brasil tuvo al final de la dictadura la mayor cantidad de huelgas del mundo: 4.000 en 1989. De ahí en más, el movimiento sindical declinó con un promedio de 500 huelgas anuales en la década de 1990 y entre 300 y 400 bajo el Gobierno Lula. Más importante aún es la institucionalización de las centrales, con ribetes desconocidos en Europa. Un buen ejemplo son los actos del 1 de Mayo, donde las dos principales centrales (CUT y Força Sindical, ambas aliadas del gobierno) no realizan actos de contenido ideológico sino fiestas que ensalzan el consumismo, financiadas por las empresas.
Los actos del 1 de Mayo de 2011 en São Paulo fueron el paradigma de esa cultura sindical que reserva zonas VIP en sus actos para las «personalidades». Las dos fiestas tuvieron un costo de dos millones de euros. La estatal Petrobras aportó 250.000 euros, mientras Banco do Brasil y otras estatales aportaron alrededor de 70.000 cada una. Las empresas privadas también se retrataron: los bancos Itaú y Bradesco, las multinacionales Brahma, Carrefour y BMG, los grandes almacenes Casas Bahia y Pão de Açúcar, aportaron entre 50 y 80.000 euros cada uno. Entre las dos fiestas sortearon 20 coches.
El Movimiento Sin Tierra (MST) también sufrió un importante retroceso en su caudal de luchas, aunque mantuvo en lo esencial sus principios por la reforma agraria y contra el modelo desarrollista. En la década de gobierno del Partido de loa Trabajadores (PT) los conflictos por la tierra no disminuyeron, pero el primer escalón de la organización, los campamentos, tuvieron un claro retroceso. De 285 campamentos en 2003, año de la llegada de Lula al Gobierno, cayeron hasta un mínimo de 13 campamentos en 2012. Los conflictos crecen por la permanente ofensiva del agronegocio, pero la capacidad de resistencia (que se plasma en los campamentos), decrece constantemente.
Ante este panorama de institucionalización y retroceso, nacieron multitud de organizaciones urbanas: radios libres, Indymedia, que funciona como Centro de Medios Independientes (CMI), el movimiento de trabajadores desocupados, el movimiento sin techo y los más conocidos en las últimas semanas: el Movimiento Passe Livre y los Comités Populares de la Copa. Se trata de una nueva generación de militantes que comenzaron su activismo bajo los gobiernos del PT, no se sienten atados a su historia y, por el contrario, sufren las reformas urbanas privatizadoras de sus gobiernos.
El MPL (que textualmente significa Movimiento por el Billete Gratuito) nació en el Foro Social Mundial en Porto Alegre, en 2005, recogiendo dos experiencias notables: la «revuelta de los autobuses» (Revolta do Buzu) de 2003 en Salvador (Bahia), que movilizó a 40 mil personas contra el aumento de las tarifas, y la «revuelta de los molinetes» (Revolta das Catracas) en Florianópolis en 2004. Son pequeños núcleos de algunas decenas de activistas que funcionan en muchas grandes ciudades, estudian y difunden la realidad del transporte urbano, hacen denuncias y practican la acción directa con la que presionan a las autoridades.
Los Comités Populares de la Copa nacieron hacia 2008 en las doce ciudades que albergarán la Copa del Mundo de 2014 y se articulan a nivel nacional. En sus informes estiman que serán removidas unas 170.000 personas para ampliar aeropuertos, estadios de fútbol y autopistas. Afirman que en 21 villas y favelas de siete ciudades que serán sedes del Mundial, el Estado está aplicando estrategias de guerra y persecución, la invasión de domicilios sin mandatos judiciales, apropiación indebida y destrucción de inmuebles, además de amenazas y corte de los servicios para forzar a los pobladores a abandonar sus barrios. Las obras para el Mundial facilitan una suerte de «limpieza social» impulsada por la especulación y desplaza familias que habitan predios desde hace cuatro y cinco décadas.
Según la experiencia dejada por anteriores megaeventos deportivos, no sólo en países emergentes sino también en el mundo desarrollado, el costo de vida se encarece, se dispara la especulación inmobiliaria, ya que las obras de infraestructura desplazan a unos y atraen a los que pueden pagar viviendas más caras, y los más pobres son transferidos a la periferia desarticulando sus estrategias de sobrevivencia.
Paíque Duques Lima, militante del MPL, antropólogo de 27 años, nacido en una favela de una de las ciudades satélite de Brasilia, me explicaba estos días que tanto el MPL como los Comités de la Copa comenzaron a trabajar con fuerza en las periferias urbanas desde 2008, donde se relacionaron con la cultura de la juventud negra y precarizada que ha hecho del hip hop el modo de afirmar su identidad. En las periferias se mezclaron estas dos culturas: la de los jóvenes militantes de organizaciones que practican la horizontalidad y la autonomía y la de los jóvenes negros criminalizados por la represión. «Ambas culturas se fueron aproximando con el crecimiento de las ciudades y de la especulación inmobiliaria que potenciaron la segregación urbana, ya que ambos sectores tienen problemas comunes como el transporte», señala Paíque.
Esa juventud, que los medios se empeñan en calificar como «clase media», ha destripado el «consenso lulista» en apenas tres semanas, forzando al Gobierno de Dilma Rousseff a reconocer, tardíamente, la justicia de las protestas. Una encuesta reveló que en São Paulo más de un millón de personas van trabajar caminando durante más de tres horas, porque no pueden pagar el transporte o porque les insume más tiempo que la caminata.
2014 será un año decisivo. Se realizará el Mundial y habrá protestas. Se celebrarán elecciones y Dilma puede no ser reelecta, aunque marcha al frente en las encuestas. Sin paz social, el PT y las elites políticas deberán contemplar como mínimo una parte de las demandas de la calle: el fin de la corrupción y una sustancial mejora en los transportes, la salud y la educación.
Fuente: http://gara.naiz.info/paperezkoa/20130707/411971/es/El-fin-consenso-lulista

El ejército egipcio: un Estado dentro de un Estado

El ejército egipcio: un Estado dentro de un Estado


Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Al deponer al primer presidente libremente elegido de Egipto, Mohamed Mursi, los militares egipcios ciertamente no actuaron para preservar la democracia. Nunca han mostrado mucho interés en el tema. Están determinados a frenar el creciente caos político y económico que desgarra al país. Esa turbulencia amenazaba no solo la supervivencia de Egipto, sino, más concretamente, ponía en peligro el vasto Estado dentro del Estado presidido por los militares.

Por cierto, el ejército egipcio no es monolítico. Sus rangos inferiores provienen del pueblo: cientos de miles de conscriptos, extraídos de las filas más humildes de la sociedad – y tienen una fuerte identidad con el pueblo egipcio.

El ejército ha sido tradicionalmente el medio más importante de socializar y educar a las clases inferiores, inculcándoles, en teoría, un sentido de orgullo y patriotismo.

La Constitución de 1971 dice que el Ejército Egipcio “pertenecerá al pueblo”.

Por lo tanto, como he blogueado anteriormente, cuando en 1977 el ejército fue llamado a aplastar disturbios después que el presidente Sadat anunció recortes en los subsidios a alimentos básicos, los generales se negaron a intervenir a menos que los subsidios fueran restablecidos. Sadat restauró los subsidios.

Los rangos superiores del ejército, sin embargo, tienen otras preocupaciones – comenzando por la supervivencia personal. Nunca olvidarán el espectáculo espeluznante de generales iraníes ejecutados públicamente después de la revolución de Jomeini en Irán. Irán demostró que una revolución radical también significa unas fuerzas armadas radicalmente transformadas. (Los generales de Egipto tienen un recuerdo constante y cercano de esa lección. El Shah está enterrado en una mezquita en El Cairo.)

Pero desde la caída de Mubarak, los militares no han temido solo una toma del poder por musulmanes radicales. También existe el hecho de que un verdadero régimen civil podría significar el fin del sistema de masiva corrupción y padrinazgo militares que ha existido en Egipto durante décadas, un sistema que ha dado a los militares un control libre de trabas sobre la economía egipcia que se estima en un 40% – un “Estado dentro de un Estado” como lo define un amigo egipcio bien informado.

Durante años, los rangos superiores de los militares egipcios han gozado de una existencia mimada en amplias urbanizaciones como ser Nasr City en El Cairo, donde los oficiales residen en espaciosos condominios subvencionados. Gozan de otras ventajas con las que el egipcio promedio solo puede soñar, como ser guarderías infantiles, bonificaciones, coches nuevos, escuelas y cooperativas para consumidores militares que ofrecen productos nacionales e importados a precios de descuento. En otras áreas, los altos oficiales pueden comprar lujosos apartamentos mediante generosos créditos por un 10% de su valor real.

Pero no solo estamos hablando de sensacionales privilegios oficiales. Muchos de los mandamases de Egipto son notoriamente corruptos. Vastas áreas de tierras militares, por ejemplo, fueron vendidas por los generales para financiar algunas grandes urbanizaciones urbanas cerca de El Cairo – con poca o ninguna obligación de rendir cuentas.

Otra propiedad militar de primera en el Delta del Nilo y la costa del Mar Rojo ofrece playas idílicas, y exquisitos arrecifes de coral. A cambio de entregar la tierra a urbanizadores privados, oficiales militares se convirtieron en accionistas importantes en una gran cantidad de urbanizaciones para turistas.

Los generales también dirigen 16 enormes fábricas que no solo producen armas, sino una variedad de productos domésticos desde lavaplatos hasta calefactores, vestimenta, puertas, productos farmacéuticos y microscopios. La mayoría de estos productos son vendidos a personal militar a través de tiendas militares a descuento, pero una gran parte también es vendida comercialmente.

Los militares también construyen carreteras, urbanizaciones habitacionales, hoteles, líneas de alta tensión, alcantarillados, puentes, escuelas, centrales telefónicas, a menudo en tenebrosos tratos con compañías civiles.

Los militares son los mayores agricultores de Egipto, y dirigen una vasta red de granjas lecheras, instalaciones de procesamiento de lácteos, áreas de pastoreo, granjas avícolas, piscifactorías. Sobra gran parte de su inmensa producción para venderla a civiles a través de una amplia red de distribución.

La justificación para toda esta actividad no militar es que los militares son naturalmente más eficientes que los civiles. Es difícil no ser “más eficiente” si se puede emplear a miles de reclutas militares mal pagados para que hagan el trabajo.

Muchos empresarios civiles se quejan de que competir con los militares es como tratar de competir con la Mafia. Cuando pasan a retiro, altos oficiales militares son frecuentemente recompensados con posiciones privilegiadas dirigiendo todo, desde fábricas e industrias a obras benéficas.

Sea cual sea su cantidad, Robert Springborg, que ha escrito extensivamente sobre Egipto, dice que los oficiales en las fuerzas armadas egipcias ganan “miles y miles y miles de millones de dólares”.

No obstante, no hay manera de saber cuán eficiente o ineficientes son los militares, ni cuánto dinero ganan sus vastas empresas, ni cuántos millones o billones son retenidos, ya que las operaciones de los militares no son registradas en la contabilidad de la nación. En ninguna contabilidad publicada.

Ninguna supervisión. Cuando Mohamed Mursi llegó a la presidencia, incluso tuvo que aceptar la demanda de los militares de que no habría supervisión civil del presupuesto militar.
Por supuesto, nada de lo mencionado es una sorpresa para los funcionarios estadounidense que entregan unos 1.300 millones de dólares por año en ayuda militar al ejército egipcio, y esperan que esa suma y las excelentes armas que suministran mantengan en su línea al ejército. [Uno de losestudios más detallados de las actividades no militares de las fuerzas armadas fue realizado por un investigador militar estadounidense en Fort Leavenworth.]

EE.UU. también agita una zanahoria de 1.300 millones de dólares que tienta al ejército egipcio. Esa ayuda militar anual estadounidense a Egipto ha permitido que los oficiales egipcios tengan en su poder algunas de las armas modernas más sofisticadas – como hemos visto en el último par de años en el centro de El Cairo.

Los generales se dan cuenta de que de ninguna manera EE.UU. seguirá pagando por esas chucherías si un nuevo régimen más hostil a Israel llega al poder en El Cairo.

Una mirada perceptiva de todo esto aparece en un cable diplomático estadounidense de 2008 publicado por WikiLeaks. El autor en la embajada de EE.UU. en El Cairo enumeró los diversos negocios en los que están involucrados los militares, y consideró cómo podrían reaccionar si el entonces presidente de Egipto, Hosni Mubarak, llegara a perder el poder.

Sería casi seguro que los militares aceptarían a un sucesor, escribió el autor del cable, mientras ese sucesor no interfiera con los negocios de los militares.

Pero, siguió diciendo el cable, “en un escenario de sucesión más desarreglado, se hace difícil predecir las acciones de los militares”.

Ningún escenario podría ser “más desarreglado” que el creciente caos en Egipto durante los últimos meses.

Los militares entraron en acción.
Barry Lando fue productor del programa 60 Minutes y ahora vive en París. Contacto: barrylando@gmail.com  o en su web: http://barrymlando.com/.


Fuente: http://www.counterpunch.org/2013/07/04/egyptian-military-a-state-within-a-state/